¿Eres de los que se distraen fácilmente y pierden la concentración de lo que están haciendo? De acuerdo con una investigación realizada en la Universidad de California, se calculó que una persona es interrumpida hasta ¡ocho veces en una hora mientras trabaja! y que estas interrupciones duran 5 minutos en promedio.
Es decir, este estudio encontró que ¡más del 50% de tus horas de trabajo puedes pasarlas en actividades que no agregan valor a tus objetivos!
Cada distracción implica sacar tu mente de lo que estás haciendo para atender algo diferente y luego volver a concentrarte en la tarea anterior. Este proceso cíclico te consume mucho tiempo y energía, y terminas estresándote más para lograr menos.
Las distracciones pueden venir de tus propios pensamientos o del ambiente que te rodea, o de ambos. De acuerdo al origen de tus distracciones podrías tomar diferentes rutas para minimizarlas. En este artículo quiero referirme a unas interrupciones específicas, a aquellas que vienen de tus colegas o del entorno donde trabajas.
Hay culturas como las mediterráneas y latinoamericanas donde a la gente le gusta hablar, interactuar intensivamente y, si bien es entretenido y una linda parte de nuestra cultura, es muy fácil que te interrumpan continuamente.
Desde que entras a la oficina, te están saludando “hola ¿cómo estás?”, preguntando “¿dónde vas a almorzar?”, “¿qué vas a hacer más tarde?”, o contándote las novedades “oye, te cuento…….”, etc. Y esto interrumpe constantemente tu concentración.
Para mí fue sorprendente trabajar en una organización en Inglaterra. Era muy raro que alguien te hable mientras estás en la oficina. Bueno, para ser sincera, me sentía fatal de que nadie me hablara L, ni siquiera al final de la hora. Pero luego me di cuenta que así era la cultura, no era nada personal, solo respeto al espacio del otro.
El problema de nuestra amigable cultura es que, según el estudio de la Universidad de California, estaríamos trabajando literalmente a media caña. Obviamente esto no le conviene a nadie, ni a la empresa y menos a ti o a mi. Pero cambiar esta situación puede ser difícil ya que estamos hablando de costumbres fuertemente enraizadas en nuestra cultura.
¿Qué puedes hacer al respecto? Comparto contigo algunos tips que me han funcionado:
- Poner el celular en silencio. Si hubiera alguna urgencia podrán llamar al fijo o a un colega.
- Cero notificaciones que salten en mi pantalla.
- ¡Audífonos! Aunque no escucho música mientras trabajo, me permite hacerme la sorda.
- Mi letrerito de “Silencio por favor”, “En conferencia”, “Mentes trabajando” o similares. El problema es que la gente se acostumbra y ya no les hace caso.
- En algunos casos, he pedido quedarme en casa para terminar algún proyecto. Ojo, a veces no funciona porque puedes tener más distracciones en casa.
- Conversar con tus colegas y pedirles que no te interrumpan. Puedes dramatizar diciendo que tienes problemas de concentración.
Este último ha sido el más útil, pues la gente que me rodeaba aprendió a respetar mi espacio, a escribirme para acordar una cita, a preguntar si estaba muy ocupada antes de sentarse a hablar. OK, no me ayudó a ser la persona más popular de la oficina pero…… algo tienes que sacrificar.
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Soy Iris Reyna, entrenadora de líderes
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